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Foto: iStock/ tampatra

Este fascinante parque nacional de Islandia reúne cada verano a miles de personas que acuden para admirar sus lenguas de hielo desparramándose por las praderas, los arenales o los campos de lava. Una guía para explorarlo de la mejor manera posible

Islandia es un espectáculo de hielo y fuego. La isla es una de las zonas más jóvenes del planeta, geológicamente hablando, está atravesada por una fisura que separa las placas tectónicas de los continentes europeo y americano, y es un destino ideal para ver volcanes activos y los glaciares más imponentes del mundo.

El parque de Thingvellir, el área termal de Geysir y la catarata Gullfoss forman el llamado Círculo de Oro, que permite ver las esencias de Islandia en pocos días. Pero si se dispone de más tiempo vale la pena descubrir el Parque Nacional de Vatnajökull, el más grande de Europa y que ocupa un 13% del territorio del país atlántico, para descubrir un paisaje único creado por este diálogo entre volcanes y glaciares.

Glaciar Vatnajókull. Foto: iStock/MWayOut

El reino del hielo

Vatnajókull es el nombre del glaciar más grande de Europa, pero también del parque nacional que se creó recientemente, en 2008, tras la fusión de los parques Skaftafell, en el suroeste, y Jökulsárgljúfur, en el norte. Para hacerse una idea de su inmensidad, esta joya de la naturaleza en Islandia ocupa 14.000 kilómetros cuadrados, lo que es prácticamente el doble que la provincia de Barcelona.

Cuevas de hielos, caminatas sobre el glaciar, lagunas con icebergs, rutas para el senderismo, cascadas… Vatnajökull es un parque para disfrutar la naturaleza al límite, cerca del círculo polar. Para explorarlo a fondo es recomendable apuntarse a una de las innumerables excursiones posibles, con el abrigo y el calzado adecuado, según la época. Pero también es accesible por carretera, por la pista número 1, la ruta asfaltada que recorre el perímetro vagamente circular de Islandia. Estas son las principales atracciones y actividades que puedes realizar en este parque nacional que es la gran maravilla natural de Islandia.

  • Icebergs en lagunas

La parte sur del PN Vatnajökull es la más cercana a la capital Reykiavik y se alza majestuosa cerca de la carretera. Ofrece las estampas más conocidas del parque, aunque la más famosa de todas, la de la laguna glacial de Jökulsárlón, con sus icebergs flotantes, está justo fuera de los límites del parque. Desde el sur se puede admirar la montaña más alta de Islandia, Hvannadlshnúkur, de 2.110 metros, un pico encorsetado por los glaciares y el volcán Öraefajökull, pero lo mejor de la zona es el contraste del paisaje de hielo con el laberinto de riachuelos y las playas de ceniza negra.

El glaciar Skaftafell ofrece las mejores oportunidades de senderismo en esta área del parque nacional. Y el propio glaciar Vatnajökull es perfecto para visitar las azuladas cuevas de hielo: si una vez rodeado del hielo te suena de algo, es que seguramente has visto algún capítulo de la aclamada serie ‘Juego de Tronos’. Cerca de Jökulsárlón se encuentra la deslumbrante playa Diamond, donde los icebergs llegan a las playas negras y donde se puede ver a las focas jugar con ellos. 

Laguna glacial de Jökulsárlón. Foto: iStock/Esther Pueyo
  • Los renos salvajes

Continuando por la carretera 1 se sigue el perímetro del parque nacional. En la zona este sorprende el paisaje de vegetación alpina sin glaciares y uno de los grandes alicientes consiste en avistar a los renos salvajes, un animal introducido hace poco más de un siglo para la explotación en granjas:  el experimento fue un fracaso y los renos fueron soltados, quedaron libres y desde entonces se han asilvestrado. El volcán Snaefell preside el horizonte, pero no tiene nada que ver con el que inspiró a Julio Verne para escribir su viaje al centro de la Tierra, pues ese se encuentra en la península de Sanefellsnes. Es un terreno ideal para excursiones de varios días. 

  • La cascada más poderosa

La entrada por el norte implica adentrarse por carreteras secundarias, pero el esfuerzo tendrá su recompensa, sobre todo por la magnífica catarata Dettifoss, la que más agua descarga en toda Europa con su caída de 44 metros. Dettifoss es poderosa, aunque no tan amplia como la de Gullfoss. Este territorio de glaciares formó cañones y barrancos. El más conocido es el de Ásbyrgi, que tiene forma de herradura, cerca de la potente catarata. Esta zona del norte puede ser más propicia para ver las mágicas auroras boreales. En verano, con los días largos, es más difícil, pero este 2024 promete ser una muy buena temporada para ver las luces danzarinas en los cielos.

Catarata Dettifoss. Foto: iStock/Andrew_Mayovskyy
  • Los musgos de la lava

Para completar el recorrido del Parque Nacional Vatnajökull, de retorno a Reykiavik, los caminos conducen a las tierras bajas con un sorprendente cambio de paisaje, dominado por los campos de lava cubiertos de musgo, sobre todo alrededor del pueblo de Kirkjubæjarklaustur. Esta es la tierra de las grandes explosiones volcánicas de Islandia, la más mortífera de Lakagíngar en 1783 y la del Katla, un volcán que una serie, terrorífica, de Netflix, le ha dado fama mundial. También es una oportunidad única para ver el fenómeno de las colinas de hialoclastita, unas ondulaciones de lava que solo existen en Islandia.

♦ Información práctica
+Info para planificar tu viaje: aquí

Conclusión

Para conocer Islandia hay que explorar su naturaleza y el verano, cuando los días son cálidos, es la mejor época. El inmenso parque nacional Vatnajökull es la mejor oportunidad para entender cómo esta isla atlántica se ha forjado con lava y hielo. Por eso es recomendable dedicarle varios días, equiparse bien y apuntarse a alguna caminata entre glaciares, lagunas e icebergs.