Desde Ginebra o Zurich, te proponemos seis recorridos en vagones panorámicos y a velocidad lenta para descubrir las postales alpinas del país más montañoso de Europa
Prados alpinos de altura con algunas vacas dispersas, nieves perpetuas en cimas afiladas, lagos de colores azules brillantes, glaciares que provocan vértigo…Suiza tiene todo lo que se puede desear de un paisaje de naturaleza idílico y una forma muy recomendable de apreciar este país montañoso en toda su magnitud es recorrerlo en tren. Sí, todo el año, si se quiere, pero sobre todo en verano, cuando la nieve ya solo cubre picos y macizos.
Y además es muy fácil. Hay dos formas de visitar Suiza en ferrocarril. La habitual y la extraordinaria. Es decir, la que utilizan los suizos cada día, con expresos y trenes regulares que intentan llevarte de una ciudad a otra lo más rápido posible, y la panorámica, que es la que permite disfrutar de los paisajes del país alpino sin prisas y con las mejores vistas.
Consejos para viajar por Suiza en tren
Por suerte para los viajeros, no es necesario decidirse por una algunas de las dos formas de viajar en ferrocarril antes de empezar a descubrir Suiza. Se pueden combinar las dos indistintamente. Y eso es posible gracias al Swiss Travel Pass, una tarjeta que permite utilizar los transportes del país centroeuropeo, no solo trenes sino también barcos –son útiles para cruzar algunos lagos- y autobuses, además de algunos remontes de montaña y una red muy completa de museos. También se puede utilizar el Interrail.
Lo que conviene saber es que los trenes panorámicos son más lentos que los regulares, pero permiten una mejor experiencia. Cuentan con ventanales grandes que a menudo llegan hasta el techo, tienen asientos más espaciosos, se detienen en pueblos pintorescos y acceden al corazón de las montañas, pasando por puentes imposibles y túneles que sortean valles. Suiza, un país de gran riqueza en un territorio abrupto, es una obra de ingeniería en sí misma, y la red de ferrocarriles es uno de sus grandes ejemplos.
También hay que tener en cuenta que para subirse a los trenes panorámicos se necesita efectuar una reserva y que tiene un coste adicional al del Swiss Travel Pass, que tiene un precio mínimo de 232 francos suizos (unos 237 euros) por tres días de viaje y que se va incrementando conforme se añaden más jornadas de transporte o se prefiere tener asiento en primera clase.
Seis rutas para descubrir Suiza en tren
A continuación te contamos cuáles son los principales trenes panorámicos de Suiza. Pero antes, recuerda que Ginebra y Zurich son las dos ciudades con la mayoría de vuelos internacionales del país y que, por lógica, son los puntos de inicio habituales de tu aventura en tren. Si empiezas en Ginebra, no olvides de disfrutar del inmenso lago Lemán y su famoso surtidor de agua Jet d’Eau, de callejear por el centro histórico de la principal ciudad del cantón francés de Suiza, visitando la catedral de San Pedro e incluso, si te interesa, la sede de la ONU. Si sales de Zurich, lo imprescindible son las torres gemelas de la iglesia Grossmünster, el mirador de Uetliberg y la Bahnhofstrasse, la principal arteria comercial y de shopping de la capital financiera de Suiza.
1. Glacier Express
Tal vez el más famoso tren panorámico de Suiza, que circula incluso en invierno. Une Sankt Moritz, cerca de la frontera de Italia y de Liechtenstein, con Zermatt, la localidad que preside el icónico monte Cervino, una de las cimas alpinas que más hace soñar a los escaladores. Pasa por Coira, Disentis/Mustér, Andermatt, Brig, y Visp a través de 291 puentes y 91 túneles, y ofrece todo lo que podemos esperar de un viaje de este tipo a una velocidad lenta, de casi ocho horas para recorrer unos 300 kilómetros. Si sólo puedes hacer un viaje en tren panorámico en Suiza, intenta que sea este.
2. El tren del chocolate y del queso
Uno de los trayectos más curiosos, imprescindibles para las almas gourmet que persiguen placeres gastronómicos. Inicia su recorrido de ida y vuelta de siete horas y media en Montreux, a orillas del Lago Lemán, y pasa por Broc, la localidad donde tiene su sede la multinacional Nestlé, que cuenta con un museo del chocolate. También hay una parada organizada en el pueblo Grüyere, con visita a la casa museo del famoso tipo de queso.
3. Bernina Express
Este tren premium está considerado patrimonio cultural de la humanidad. Fue construido hace más de un siglo y en apenas 122 kilómetros sortea 200 puentes y viaductos, y atraviesa una veintena de municipios entre Chur y Tirano, pasando por Davos y St. Moritz. Tarda más de 4 horas en el recorrido,que se puede completar en bus hasta Lugano. Los viaductos de Landwasser y de Brusio son dos joyas de ingeniería que se admiran durante el trayecto, y las vistas al glaciar Morteratsch y los lagos Lej Nair, Pitschen y Bianco son asombrosas.
4. Gothard Panorama Express
Este es el trayecto que nos permite descubrir la Suiza más tradicional. Pasa por el más famoso de los túneles del país, el San Gotardo, y traza un línea de norte a sur, desde Lugano hasta Flüelen o, lo más recomendable, hasta Lucerna, si se atraviesa el manso Lago de los Cuatro Cantones en barco, otra experiencia que vale la pena. Es un tren lento, que demora cinco horas y media y que te puede transportar a los castillos de Bellinzona o Giornico, o el monte Rigi, cerca de Lucerna, o la capilla de Guillermo Tell.
5. Golden Pass Express
Uno de los trayectos más cortos, pero igualmente espectacular, como todos los de Suiza. Cubre el tramo entre Montreux e Interlaken en tres horas y media y pasa por los viñedos de Lavaux y permite deleitarse con el Lago Léman y otros cinco lagos más. Además, es un tren de lujo, con asientos de cuero reclinables. Todo un gustazo.
6. Luzern-Interlaken-Express
Un aperitivo de apenas dos horas en tren para viajar por la zona lacustre entre Zurich y la capital Berna, aunque el tren en sí acaba en Interlaken. Se atraviesan cinco lagos, innumerables cascadas y ríos. Precioso el lago Brienzsee.
Resumen
Suiza es el país más montañoso de Europa y cuenta con una infraestructura única de ferrocarriles para llegar a donde ni siquiera se permiten los coches, como Zermatt. Los vagones panorámicos son la manera más cómoda y relajada de recorrer el país y degustar sus maravillas naturales, los lagos, valles, glaciares y montañas que han dado fama mundial a Suiza.