A pie y en metro por las calles de Londres o visitando los estudios de Warner Bros, hay muchas posibilidades para disfrutar de las aventuras del mago más famoso del cine actual
Londres es más que una ciudad. En realidad, es muchas ciudades en una. La de los grandes monumentos, la de la realeza más famosa de Europa, la de los museos imprescindibles, la de las galerías de arte más vanguardistas, la de los musicales que se representan con éxito durante años, la de los mercadillos y, también, la de los personajes famosos de la realidad o la ficción. En la capital británica es muy fácil seguir los pasos de asesinos como Jack el Destripador o de las escenas románticas de películas como Notting Hill. Y a caballo, o mejor dicho a lomos de una escoba voladora, entre el mundo humano de los ‘muggles’ y la ficción literaria y cinematográfica, existe el Londres de Harry Potter.
Sí, el aprendiz de mago más famoso de este siglo ha puesto de moda muchos lugares de Londres. Algunos ya figuraban en las principales guías de turismo de la capital británica y otros se han revalorizado gracias a la saga de siete libros y ocho películas creada por J.K. Rowling. Antes de lanzarte a la aventura de Harry Potter, conviene que sepas que hay un par de maneras de hacerlo, compatibles las dos, aunque requieren tiempo, dinero y un buen mapa. La forma más fácil es seguir una de las múltiples rutas de Harry Potter y patearte las calles y el metro de la ciudad. La otra es visitar los estudios de la Warner Bros, donde se filmaron las películas que ya son referentes de varias generaciones de niños y no tan niños. Te explicamos las dos a continuación:
Harry Potter en las calles de Londres
Si eres fan incondicional de Harry Potter, tienes que recorrer la capital inglesa para inspirarte de la magia del personaje. Podrás reconocer sitios que salen en las películas, pero a veces deberás recurrir a la imaginación y pensar en las descripciones de los libros de la autora. Lo puedes hacer por tu cuenta o con guías. En esta mini-guía no pondremos aquellos sitios que no puedes visitar. Por ejemplo, el Gringotts Bank, el banco de los magos, que sale ya en la primera película, fue rodado en el interior de la embajada de Australia, que no está abierta para que husmeen los turistas.
- Andén 9 y ¾. Si te gusta la saga Harry Potter, pero tampoco eres tan fan como para pasarte uno o varios días buscando los escenarios de la película, este es el lugar que no te puedes perder. Es cierto lo que estás pensando: que todo el mundo habrá leído esta recomendación y hará lo mismo, con lo cual las colas pueden ser inevitables. Pero los responsables de la estación King’s Cross lo han organizado bien, adecuando un espacio entre las plataformas 9 y 10 para que te puedas tomar una foto asiendo la mitad del carro que atraviesa la pared. Ese carrito forma parte del atrezzo real de la película. Por si lo consideras necesario, al lado hay una tienda con bufandas y otros souvenirs de la saga para hacer más realistas tus fotos. Cuando salgas de la estación real, justo al lado, verás el monumental hotel Saint Pancras con fachada de obra vista, que en las películas aparece como la entrada a la estación. King’s Cross está en el centro de Londres y cuatro líneas de metro (The Tube) tienen parada en King’s Cross – St. Pancras.
♦ Descárgate el mapa aquí
- Millenium Bridge. Ya de por sí es uno de los iconos imprescindibles del Londres moderno, desde su polémica inauguración en 2000 (de ahí su nombre). El puente colgante peatonal de Norman Foster, el primero que se construía sobre el Támesis desde el siglo XIX, lleva de la galería Tate Modern a la catedral de Saint Paul, dos de las visitas más recomendables de la ciudad. En la iglesia hay la famosa escalera geométrica de las películas de Harry Potter, pero está fuera de la visita estándar de los turistas. El puente del Milenio fue cerrado unos meses poco después de su inauguración por un balanceo inesperado. En la saga de Harry Potter aún le fue peor: es el escenario de una de las grandes batallas de la saga con los mortífagos y acaba siendo destruido.
- Mercados de Leadenhall y Borough: partes del callejón Diagon donde Harry Potter acude a comprar varitas y a realizar otros menesteres están filmadas en el mercado de Leadenhall, de arquitectura victoriana y muy céntrico. En la primera película, ‘Harry Potter y la piedra filosofal’, también es la entrada a la taberna El caldero chorreante, pero en ‘Harry Potter y el prisionero de Azkabán’ se utiliza como entrada el mercado Borough, que en la realidad tiene muchas paradas de flores. Para acabar de dibujar el callejón Diagon, se dice que los escaparates de las tiendas fueron copiados de los que hay en Cecil Court, una callejuela céntrica cercana a Charing Cross que evocará memorias de Harry Potter al instante.
- London Zoo. El terrario del zoo de Londres es donde Harry Potter se da cuenta de que puede hablar con una boa constrictor en el idioma pársel y así, de paso, fastidiar a su primo Dudley. El zoológico se ubica en el Regent’s Park, muy céntrico.
- Claremont House. En el norte de Londres, la fachada de estilo georgiano delata la casa de Sirius Black, la vivienda de la Grimmauld Place, 12, que Harry hereda para convertirla en los cuarteles generales de la Orden del Fénix. No busques el número 12 sino el 25. Detente entre los números 23 y 29 y el edificio será fácilmente reconocible.
- Trafalgar Square y Picadilly Circus. Con los neones y anuncios del Picadilly real tal vez costará imbuirse de la magia del huérfano más célebre del cine actual pero seguro que acabarás viendo uno de esos autobuses rojos de dos pisos que casi atropella a Harry y a sus compinches Hermione y Ron cuando se teletransportan allí para huir de un ataque de mortífagos durante una boda. En una de las esquinas de Trafalgar Square se encuentra la embajada de Sudáfrica, cuyo pórtico columnado sirvió de exteriores para el banco Gringotts. La relación de Trafalgar Square con la saga de J.K. Rowling es para muy iniciados, pues fue en esa plaza de Londres donde los actores y la escritora pronunciaron discursos ante la muchedumbre antes de dirigirse caminando a Leicester Square para asistir al estreno de la última entrega de la serie, ‘Harry Potter y las reliquias de la muerte (II)’. Picadilly Circus, en la ruta comercial de Londres, y Trafalgar Square, en el corazón victoriano de la ciudad, son dos reclamos turísticos inevitables de la capital británica.
La fábrica de las películas
Las rutas callejeras de Harry Potter servirán para inspirarte del mundo que tejió J.K. Rowling, pero si lo que quieres es agitar tu varita y verte sumergido en la realidad paralela a los ‘muggles’ lo más recomendable es sacar tu entrada para los estudios Warner Bros donde se filmaron muchas de las escenas de las ocho películas. Es en realidad un parque temático de Harry Potter con una duración aproximada de cuatro horas en las que podrás ver los platós de rodaje, curiosear entre bastidores, descubrir el vestuario, los accesorios y el atrezzo expuesto (como la Nimbus 2000 y la motocicleta de Hagrid), maravillarte con los efectos especiales y disfrutar de experiencias inmersivas.
Como decíamos en la ciudad de Londres hay lugares icónicos de la serie que no se pueden experimentar y en los estudios de Warner Bros sí. Por ejemplo, entrar en el banco Gringotts, caminar por los adoquines del callejón Diagon y, por supuesto, subirte al Expreso de Hogwarts. El gran comedor, el bosque prohibido, el invernadero del profesor Sprout’s, los dormitorios de los chicos… te quedarás sin ver pocos escenarios de las películas.
¡Muy importante! Si llegas a Londres sin entradas para los estudios será casi imposible que puedas conseguirlas. Solamente se venden online y se recomienda con semanas de antelación. Igualmente tienes que prever el traslado hasta los dominios de la Warner Bros. Cuenta hora y media de ida y otra igual de vuelta desde el centro de Londres. El último tramo se realiza con un autobús eléctrico que ya forma parte del parque a la salida de la estación de tren Watford Junction. En el momento de comprar las entradas por internet se puede reservar también el transporte, si así se desea. Entre la visita y el desplazamiento calcula casi 8 horas. ¡Un día de Harry Potter total!
CONCLUSIÓN
Londres tiene mucha magia de por sí, pero familias enteras pasean por sus calles para encontrar pequeños detalles de las ocho películas de Harry Potter, estrenadas entre 2001 y 2011. Puedes dedicarle unas horas, un día o hasta una semana, depende de lo acérrimo que seas de la saga. Pero entre atracciones clásicas como London Eye, la Torre de Londres, Buckingham Palace, o la abadía de Westminster, seguro que disfrutarás de ir tras los pasos del mago huérfano.