La capital portuguesa es un destino irresistible. Y hay mil maneras de disfrutarla desde sus barrios auténticos, su historia, su gastronomía o sus monumentos…¡descúbrelas!
Si ya estás planeando tu primer viaje para 2025 ¿por qué no empezar por Lisboa? Sus calles coloridas, el Tajo como escenario de fondo, sus tranvías, sus rincones que parecen detenidos en el tiempo, su gastronomía o su sinfín de cuestas que suben y bajan… Existen mil maneras y razones para disfrutar y poner en tu agenda de viajes a la capital portuguesa. He aquí sus imprescindibles (eso sí, advertimos, ¡vas a querer volver!)
1. Barrio de la Baixa
Es el barrio más céntrico de Lisboa, plagado de comercios y el más animado durante el día. Sus calles geométricas y fachadas cubiertas de los típicos azulejos te sumergirán en la autenticidad de la ciudad de las siete colinas. Aquí encontrarás las plazas y lugares más emblemáticos como la rúa Augusta, donde se encuentran las principales tiendas, puestos de ventas de libros y souvenirs, un lugar muy concurrido que se ha convertido en un imprescindible turístico y que te llevará a nuestra siguiente parada (Plaza del Comercio). Además, Baixa cuenta con una gran cantidad de sitios culturales y gastronómicos muy populares entre los lisboetas. Tómate tu tiempo para descubrirlo.
2. Plaza del Comercio
Es uno de los lugares más emblemáticos de Lisboa, conocida también como Terreiro do Paço y está dentro del distrito de Baixa. Ni bien se atraviesa el Arco da Rua Augusta, la Plaza del Comercio se exhibe con sus vistas al río Tajo, abrazada por edificios amarillos de una elegancia austera y la imponente estatua ecuestre en el centro, esculpida en bronce por Machado de Castro en 1775, que representa a José I, rey portugués que estuvo al mando durante el terremoto de Lisboa. Además está rodeada de restaurantes y cafés que invitan a disfrutar del buen ambiente y por qué no un ¡pastel de nata! Y si eres amantes de los atardeceres, aprovecha también la visita para dar un paseo por la orilla del río Tajo.
3. Avenida de la Libertad
Y es que Lisboa tiene de todo. No te pierdas la Avenida de la Libertad (Av. da Liberdade) que se construyó en 1879 a imagen y semejanza de los Campos Elíseos parisinos y que se extiende a lo largo de casi un kilómetro desde la Plaza del Marqués de Pombal hasta la Plaza de los Restauradores, donde también encontrarás restaurantes, bares, hoteles, el Teatro Tívioli (todo un icono cultural de la capital portuguesa) y…¡atención! amantes de la moda, también encontraréis las grandes marcas de lujo que han hecho posible el apodo de ‘Milla de Oro’ de Lisboa.
4. Sube al elevador de Santa Justa
Para dejar Baixa nada mejor que hacerlo en el elevador de Santa Justa, que ofrece unas vistas envidiables del centro de la ciudad. El ascensor, de más de cien años de antigüedad, es uno de los monumentos históricos más famosos de Lisboa. Raoul Mesnier du Ponsard, un aprendiz de Gustave Eiffel, diseñó la estructura de estilo neogótico con sus cabinas de madera decoradas con latón, que conduce a uno de los miradores más recomendados ya que proporciona una visión espléndida de la Baixa, del Castillo, del río Tajo y de las impresionantes ruinas de la Iglesia del Convento del Carmen.
5. Chiado y el Barrio Alto
El elevador de Santa Justa es una de las opciones para llegar a ambos distritos. Chiado es el barrio más bohemio que ver en la capital portuguesa. Conocido como el ‘Montmartre de Lisboa’, concentra cafés históricos como el Café A Brasileira, librerías y comercios originales para perderse y empaparse del alma de este lugar, no en vano es el barrio preferido de los intelectuales lisboetas. No te pierdas el Museo Nacional de Arte Contemporáneo o el convento do Carmo. Por otro lado está el Barrio Alto, separado de Chiado por la plaza Luís de Camoes, un imprescindible para quien guste salir de noche y divertirse, pues su oferta variada de bares de copas y restaurantes invitan a disfrutar de un momento relajado y buen ambiente nocturno.
6. Barrio de Alfama (y concierto de fado)
¡Bienvenidos a la cuna del fado! El barrio de Alfama es el punto más alto de la ciudad y el más antiguo. Pasear por sus calles empinadas y agotadoras cuestas, pasadizos y miradores, merece hacerlo sin prisas. ¿El premio? Hermosas vistas, tiendas detenidas en el tiempo, cafeterías y un ambiente genuino. Desde el Mirador de Santa Luzia podrás apreciar Alfama con sus casas blancas y tejas rojas y el Tajo como telón de fondo. Merecen una visita los monumentos más significativos: el Castillo de São Jorge y la Sé (catedral), que data de 1147 y donde aún se puede ver el Tesouro y las ruinas romanas que la precedieron. Y para reponer fuerzas, nada como el fado, que se escucha en innumerables restaurantes y casas.
7. ¡Sí! (No nos hemos olvidado) Tranvía y buena gastronomía
El tranvía 28 es el más conocido y el que seguramente has visto más de mil veces en fotografías en las redes sociales, pero hay más… El 28 aún conserva sus asientos de madera y su estructura amarilla y seguro que será toda una experiencia descubrir los barrios históricos de la ciudad en este medio de transporte habitual de los locales. Y si hablamos de gastronomía, la portuguesa es de otro nivel, ¡lo hemos comprobado! En Lisboa tienes que probar el bacalhau à brás, el bacalao con garbanzos, las amêijoas à bulhão pato, el pescado grelhado o los infaltables pastéis de Belém. ¿Dónde probarlos? Muy recomendable: el restaurante Bairro do Avillez, Tabuaria do Paço, O Trigueirinho, As Salgadeiras o la Antiga Confeitaria de Belém, entre otros.
- Información práctica: más datos aquí
Conclusión
Si eres de los espíritus viajeros que ya empiezan a anotar nuevos destinos o no tan nuevos (con la finalidad de redescubrirlos) para visitar en 2025, Lisboa debería estar en esa lista, porque la capital portuguesa siempre apetece para escuchar un buen fado, callejear por sus calles empinadas, disfrutar de sus vistas con el Tajo de fondo, descubrir lugares únicos cargados de historia o saborear su gastronomía, y mucho más.